Hoy queremos recorrer de vuestra mano este bello pueblo donde tendréis la sensación de haberos adentrado en algún cuento de los hermanos Grimn. Se trata de la capital del alto Rinh y es considerado el más típicamente alsaciano de los pueblos de la región de Alsacia.
El casco histórico de la ciudad está muy bien conservado y alberga edificios, que debido a su cercanía con la frontera alemana, se hicieron siguiendo un estilo gótico alemán que hoy es su mayor seña de identidad. Entre las antiguas iglesias que encontraremos en Colmar destaca la Colegiata de San Martín, ejemplo del gótico alsaciano. En la céntrica plaza de la catedral y frente a esta se encuentra la Casa de los Policías, edificio que comenzó siendo el Ayuntamiento de la ciudad y más tarde puesto de guardia de la policía, es esta plaza encontramos la Casa Adolfo, con una fachada de estilo gótico que fue declarada Monumento Histórico , es considerada la casa más antigua de Colmar, construida a mediados del S, XIV. Merece la pena dar un rodeo por la plaza de Juana de Arco y contemplar la Casa de las Cabezas, un edificio de principios del S. XVII, que en la actualidad alberga un hotel y restaurante de lujo, y que debe su nombre a los cientos de cabezas talladas en sus miradores.
Si nos dirigimos al barrio de los Curtidores encontraremos en la calle Mercaderes la casa del más célebre escultor alsaciano Frederick Auguste Bartholdi, conocido por ser el autor de la famosa Estatua de la Libertad que Francia regaló a los Estados Unidos. Para conmemorar el centenario de la muerte del famoso escultor se erigió en la ciudad una replica de doce metros de altura que se encuentra en la entrada norte. En esta calle se encuentra también la que es sin duda la casa más bonita y extraña de Colmar. una joya en la que en su lados sur se levantó un mirador con una galería de madera.
Entre los lugares imprescindibles esta el museo Underlinden, instalado en un antiguo convento de Dominicas. Cuenta con un claustro gótico considerado el mejor de la región y está dedicado a obras de la pintura alemana del Renacimiento, a esculturas y muebles.
Colmar es un lugar idílico y buen comienzo para visitar la Alsacia, viaje que hay que hacer una vez en la vida. Cualquier estación es buena, en verano, por ejemplo, podemos disfrutar del Festival Internacional de Música Clásica de Colmar, un gran acontecimiento que tiene lugar en julio, y encontrándonos en la capital de los vinos de Alsacia no podemos dejar de asistir a la feria de los vinos que tiene lugar en agosto, y en invierno, durante la navidad, los adornos e iluminaciones impregnan de magia esta bella ciudad.
Desde aquí os animamos a preparar un viaje a esta encantadora ciudad y nos contéis vuestras experiencias.