“¿Qué
tendrá la tierra mía?
Que no se
puede olvidar
Sol,
belleza y alegría
Para dar y
regalar”
Las ciudades
las hacen las personas, y un viaje o una simple cena pueden ser una fantástica
experiencia, dependiendo de la compañía. Por eso Badajoz es una de esas
ciudades importantes para mí, por su gente, por su carácter afable y abierto que hace que seas uno más para ellos. Unos días
atrás volví a confirmar mi teoría,
porque unas buenas amigas me hicieron sentir como en casa, una vez más; gracias,
chicas.
Un fin de semana puede ser suficiente para conocer superficialmente la ciudad, pero en mi opinión siempre se quedará corto. Para aquellos que aún no conozcáis Badajoz, os daré unas breves pinceladas de lo que no debéis perderos.
Badajoz posee multitud de edificios declarados
"Bien de Interés Histórico-Artístico-Cultural", como la Catedral, la
Alcazaba, Las Murallas de estilo Vaubán, la Iglesia de Santo Domingo y el Real
Convento de Santa Ana, donde murió Ana de Austria.
Comenzaremos nuestro recorrido por La Plaza Alta,
que en los últimos tiempos se ha restaurado con gran acierto, puesto que ha
sido una restauración arquitectónica y urbana, pero también sociológica. Lo que
poco a poco devolverá ese protagonismo que posee como centro neurálgico de la
ciudad. Se trata de una plaza rectangular bellísima, comunicada con la Plaza de
San José por medio del Arco del Peso de Colodrazgo. En la de San José se
encuentra la Puerta del Capitel
(acceso a la alcazaba), las casas mudéjares
(museo) y el convento de las Adoratrices.
Continuaremos por la Plaza de la Soledad, que debe
su nombre a la antigua Ermita de la Soledad, que fue construida donde hoy se
asienta la Giraldilla, y, debido a su mal estado, reconstruida en el lugar
donde hoy se encuentra. La iglesia está presidida por la imagen de la Virgen de
la Soledad, patrona de la ciudad de Badajoz.
Seguiremos hacia la Plaza de España, donde está
situada La Catedral, en pleno centro de Badajoz. Se trata de una construcción gótica, y su exterior llama
la atención por una enorme torre campanario de más de 40 metros de altura y la
entrada a través de una escalinata.
En el interior alberga un impresionante retablo
barroco de Ginés López, con columnas salomónicas, que tiene en su zona central
la imagen policromada de San Juan Bautista, patrón del templo.
Ahora hablaremos de la parte más lúdica de nuestra
visita. En cuanto a la gastronomía, nos encontramos en una ciudad con una gran
riqueza culinaria, debido a su situación geográfica. En muchos de sus
restaurantes se sirven platos
típicamente extremeños, como la caldereta de cordero, el arroz con liebre, el
gazpacho extremeño, las migas... Pero el plato estrella es el jamón ibérico de
bellota (DO. Dehesa de Extremadura), que podremos encontrar en cualquiera de
los bares, restaurantes y casas de comidas de la ciudad. Debido a la influencia
portuguesa en la ciudad, otro de los platos que no faltan en la gastronomía
local es el bacalao en sus múltiples formas.
Encontrar
un bar de tapas, restaurante o bar de copas en Badajoz es tarea fácil, pero
quiero daros mis pequeñas recomendaciones. Alguno de mis favoritos quizá no
aparezca en ninguna guía, pero estoy segura de que no os defraudará. Para mi
tiene un significado especial un bar llamado el Miguel, quizá por las muchas
veladas que pasé tomando tapas con buenos amigos allí; remodelado, pero con la
misma esencia, si vais no dejéis de
pedir sus magníficos boquerones fritos…
Para tomar algo a media tarde o como bar de copas de noche os recomiendo
el Rincón Nazarí, con una estupenda carta de cafés y coctails y un servicio
agradable y atento. Un lujoso rincón árabe, con patio y
aljibe, que transporta a un mundo mágico.
Espero que os animéis a visitar esta maravillosa
ciudad, y estoy convencida de que si pasáis unos días volveréis prendados de su
belleza y alegría y con amigos para
toda la vida.