viernes, 16 de enero de 2015

Un paseo por la Europa Escandinava




TRES DIAS EN ESTOCOLMO



El pasado mes de octubre decidimos ir unos días a tierras vikingas, nuestro destino, ni más ni menos que Estoclomo, una ciudad situada en un enclave único, dónde naturaleza y cultura conviven  en perfecta armonía.

Salimos sobre las 11 de la mañana del aeropuerto de Madrid- Barajas, con destino al aeropuerto de Arlanda, llegamos a medio día y en nada ya estábamos sentadas en el vagón del Arlanda Express dispuestas a patearnos la ciudad.
Lo primero  era encontrar nuestro hotel, estábamos alojadas en el Scandik Sergel Plaza, y si no nos hubiéramos despistado, andando hubiéramos llegado en unos 20 minutos desde la estación, ahí fue donde comenzamos a conocer la amabilidad de los habitantes de esta maravillosa ciudad.

El hotel estaba muy bien, con una habitación muy amplia y su situación era inmejorable, ya que está sólo a cinco minutos andando de Gamla Stan (ciudad vieja). Dejamos las maletas en la habitación y aprovechamos para ir a visitar esta parte de la ciudad, ya que  en esta época del año oscurece pronto

Día 1: Gamla stan



 Paseamos entre sus estrechas callejuelas adoquinadas, estuvimos en la plaza que, cómo podéis ver en la foto es de cuento, y tomamos un delicioso chocolate en el famoso local de la calle Stortorget, dónde preparan todo tipo de bebidas para llevar, dimos una vuelta por todo el casco antigüo, viendo así el nobel museum, el palacio real, el post museum entre otras cosas y cómo ya se hacía tarde, decidimos volver al hotel para cenar, y... sorprendentemente justo detrás de este nos encontramos con un bar de tapas Españolas: " Barcelona tapas" nos pudo la curiosidad y decidimos entrar, al ver que estaba lleno supusimos que estaría bien probar, tuvimos que esperar un rato para conseguir mesa, cómo gustan nuestras tapas por estas tierras!!

Día 2 Stadshuset, ópera,  paseo por la ciudad moderna y crucero



El segundo día nos levantamos tempranito y desayunamos fuerte, ya que teníamos el desayuno inluido en el precio. El día, como el anterior seguía nublado, con lluvia y frío, pero no por ello decidimos dejar de ir a visitar lo que  teníamos previsto, empezamos por el ayuntamiento o Stadshuset, situado en la isla de kungsholmen,, un sitio que no hay que perderse, tanto por las increíbles vistas que hay desde fuera, como sus interiores y como no, las impresionantes sala de oro que es realmente bonita y la famosa sala azul, conocida por ser donde tiene lugar la cena posterior a la entrega de los premios Nobel.


 Más tarde fuimos paseando hacia la zona de la ópera, no tuvimos muchas suerte porque estaba en obras... y decidimos adentrarnos en el Estocolmo mas cosmopolita, sus calles de edificios modernos y zonas comerciales contrastan a la perfección con el resto de la ciudad, pasear por sus parques y calles es realmente una delicia, a pesar de que con buen tiempo hubiera llegado a ser aún mejor,  los alrededores del museo Strindberg y la plaza de Hötorget, donde se acoge cada año la cermonia  de entrega de los premios Nobel, justo antes de la cena de gala que tiene lugar en el ayuntamiento , son tambien un paseo casi obligado.
Después de estar todo el día visitando la ciudad, pensamos en hacer un recorrido desde otra perspectiva totalmente distinta, así que subimos a un barco y la verdad que mereció la pena, la duración del viaje fue de una hora.




Tras el bonito paseo pensamos ir de nuevo a Gamla Stam ya que habíamos visto el día anterior que
 había un restaurante italiano que pertenece a una de nuestras cadenas preferidas para comer cuando
viajamos por europa, se trata del Vapiano, si no lo conocéis se come muy bien , puedes pedir  pasta, ensalada o pizza, todo de buena calidad y a precios muy asequibles, os diré que comimos muy bien por sólo nueve euros cada una, y eso que estábamos en una de las ciudades más caras de Europa!!
















Día 3 Djurgarden

Nuestro tercer día amaneció otra vez igual de nublado pero con mas lluvia aún, a pesar de esto decidimos ir a pasar el día a la isla del ocio, dónde museos, parques de atracciones familiares, de entretenimiento y de culto tienen cabida. Cogimos el metro para ir hasta allí y un sueco que nos vio algo perdidas se acercó y nos acompañó hasta la parada, nos sorprendió gratamente la amabilidad  de esta gente. Al llegar nos encantó el contraste que había con el verde de los parques y el azul del agua, la fachada del nordisk museet es impresionante , pero nuestra visita se centraba en el Vasa museet, fue una visita muy curiosa ya que trata sobre un barco que fue reflotado tras haberse hundido el mismo día en que zarpó. Es curioso ver lo bien que está conservado, y te haces claramente una idea de lo que pasó y de la gente de aquella época, incluso hay reconstrucciones de las mismas y cadáveres de la tripulación.




Nuestra siguiente visita era Skansen,  un museo al aire libre que por lo que nos dijeron merecía mucho la pena, pero por el mal tiempo que hacía nos vimos obligadas a dejar de visitar . Así que decidimos ir al mirador que está cruzando Gamla Stan , fue muy buena idea ya que desde allí tuvimos oportunidad de divisar una de  las mejores vistas de la ciudad, y pudimos hacernos una mejor idea de la misma.



Cruzamos el puente de Katarinavägen hacia Slussen, y paseamos por la zona donde atracan todos los cruceros turísticos, imaginamos que en verano estará llenos de ellos.




Volvimos por Gamla Stan y volvimos a nuestra visita obligada para nuestra comida- cena del día, paramos de nuevo en el Vapiano y degustamos una de sus sabrosas pizzas. Mas tarde, ya cerca del hotel tomamos unos dulces típicos, muy buenos y unos zumitos naturales que nos sentaron de lujo.

Día 4: Con pena por la vuelta



 
Y por fin salio el sol, timdiamante, pero la lluvia daba un respiro, justo cuando teníamos que marcharnos, así que decidimos dejar todo preparado para irnos luego al aeropuerto y dar un agradable paseo por la zona aprovechando el buen tiempo.
Aunque hacía frío, el azul del cielo hacía que se viese aún mas bonita la ciudad.
















No disponíamos casi de tiempo ya que sobre las 12:30 teníamos que irnos para Arlanda, pero el paseo mereció gratamente la pena.







Para nosotras este fue un viaje muy especial, y a pesar de la climatología y de algunos pequeños inconvenientes no lo cambiaríamos por nada. Nos encantó esta hermosa ciudad y nos sorprendió su gente, ya que desde el primer momento nos trataron con amabilidad y simpatía, nos quedaron cosas por ver pero hemos podido hacernos una idea de la capital y sus lugares más emblemáticos, esperamos poder volver en otra ocasión con más y mejor tiempo, para disfrutar de todas las posibilidades que nos ofrece.